martes, 30 de abril de 2013

VIVENCIAS PERSONALES NUMERO UNO

Medellín,domingo 28 de abril de 2013


Hoy, al recibir la noticia del fallecimiento de un familiar por parte de la familia de mi esposa,recordé, sin querer, un accidente que me ocurrió el 28 de enero de l999, mas exactamente, hace catorce año, y que cambiaría mi existencia para siempre.
En compañía de algunos comerciantes amigos, estabámos revizando algunas transacciones comerciales, ya que por mi oficio en el área de la contabilidad, me tocaba hacer el análisis;compartimos unos tragos, en esa època, bebía un poco y aveces me sobre pasaba sin querer, después de un buen tiempo, nos despedimos, ellos viajaban para las islas Margarita, en Venezuela.
Seguí, compartiendo, con algunos compañeros que se quedaron en la ciudad, un poco prendido por el efecto de los tragos, me despedí;deámbule, por las calles, y en medio de mi valentía, tomé el rumbo para irme a mi casa materna a pié,a pesar de lo avanzada de la noche,y lo hice, por el parque Bolivar, justo al pasar por el teatro Lido, en la época, presentaban cine comercial, hoy es un teatro de actividades culturales y lúdicas;por sorpresa, aparecieron dos jóvenes rapados y sin mediar palabras, me agarraron a puñaladas, me dieron ocho,en mis manos, me perforaron elhigado,y una cerca al corazón, a pesar de que los esquivé, con mis brazos, al pronunciar el nombre de JESUS, por arte de magía, aparecieron dos agentes de policia, y los atracadores corriendo se perdieron, corrí dos, tres cuadras, perdiendo sangre, y terminé en una clíncia de urgencia una eps que queda en la avenidad oriental, de ahí, me llevaron a urgencias, al Hospital San Vicente De Paúl, a la sala de cirugías.El hospital estaba en alerta naranja,pues , ese mismo día, se había presentado el terremoto del eje cafetero, cuyo epicentro fue Armenía-Dpto del Quindio, y la ciudad de Pereira-Risaralda,uno de los más violentos, después del terremoto de Popayán,  muchos médicos,y practicantes de medicina estudiantes avanzados en sus carreras,hacían la práctica, creo que eso influyó para que me atendierán rapidamente.
En la mesa de operaciones los médicos me hacían preguntas para ver si estaba lúcido y con mis sentidos plenos, alguién murmuró,- aqui han llegado personas con una sóla puñalada y se han ido,no sabemos lo de este señor.
No ví ningún túnel de luz blanca, pero si me presentaron como en una película todo lo que había hecho desde los 2 o 3 añitos, hasta la edad que tenía en ese momento,después comprendí que el famoso Libro de la Vida, que mencionan los libros sagrados de las diferentes religiones, es cierto;que en las Pleyádes, hay Seres de Luz, que su misión es escribir todo lo que hacemos en estas dimensiones bajas,por eso algunos seres cuando vuelven a la vida,  y se les da otra oportunidad cambian totalmente si han comprendido el mensaje celestial.Luego, perdí el conocimiento.A la mañana siguiente al despertarme,me ví en la camilla de urgencias;la puerta se abrió,pude ver a mi hermana y esposa,comprendí que todavía estaba en la tierra.El Hospital San Vicente de Paúl, es un laboratorio de vida, por allí pasan todas las personas que sufren accidentes de todo tipo, y los que llegan por violencia pública.Mi cuerpo estaba cocido con cañamo y en forma de crúz, me tocaba ir sin ninguna ayuda hasta el baño al final de un largo pasillo,  aplicarme el jabón cuando me bañaba, y regresar a paso muy lento a mi habitación,al lado las habitaciones estaban ocupadas por otros pacientes en estados lamentables, heridos, con balas, armas blancas,accidentes de carrros, pues la ciudad de Medellín, siempre ha sido muy violenta, por culpa del narcotráfico, las pandillas, los combos y la violencia intrafamiliar y de género.
Mi hermano menor, me sorprendió con el lilbro de los salmos de David, y era mi punto de apoyo espiritual.
Todos los días, me visitaba el capellán para ver como seguía y compartir oraciones y mensajes;una mañana me encontró llorando y acobijado, me preguntó que por qué lloraba, le respondí:hoy por fin he comprendido el SALMO 23, y lloro de alegría y gozo.

Me dieron de alta, fuí llevado en camilla a mi casa y a los días tuvé otra recaida y me llevaron al hospital de Comfenalco.
En la soledad del cuarto,los compañeros de cama, estaban peor que yo, y dormian las 24 horas, las enfermeras, llegaban, me aplicaban el suero y traían los alimentos.
Después recibir las visitas de parientes, amigos, algunos clientes, por fin me dieron de alta.
En la cama de mi casa me hice una promesa:no volveré a beber ni una gota de alcohol, recordando a Juan El Bautista, que no lo hacía para no cortar el diálogo con el Espíritu Santo;porque cuando uno está ebrio,no tiene la capacidad de análisis y no se pide perdón al Padre Eterno, ni a  nadie; también lo hice por mis hijos, y por mi, si estaba bien, ellos y mi mujer lo estarían también.
Este relato continuará.

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