jueves, 5 de diciembre de 2013

EL FALSO ENCANTAMIENTO.

Medellín, 4 de diciembre de 2013

No olvidar nuestro reciente pasado es la tarea de todos. Por estos días se revive el !mito de mitos!,que el señor Pablo Escobar,colocó al país político de rodillas, que todas las esferas sociales del pueblo colombiano sucumbieron ante su poder y sus dólares, en su momento todo dirigente fue seducido por este poder maligno y perverso;la palabra de los antiguos  campesinos paisas que era un sello inviolable, fue suplantada por -yo le pago la multa, y le doy más-con tal de lavar y lavar dinero, durante estos treinta años (30) generaciones de muchachos,y niños, que perdieron sus vidas, algunos como informantes o campaneros y miles como sicarios, sus metas era tener motos de alto cilindraje y ser el duro de la cuadra, y por sobre todo respetado por el !combo!,los viejos habían trabajado muy duro y ganaban un salario despreciable, en cambio ellos, armados con un tote, realizaban la vuelta, el cruce, el asesinato, y a celebrar.Escobar, como un HERODES, moderno, se había tirado a tres generaciones,muchos murieron,o quedaron mutilados, ya no sería lo mismo.
La policía fue infiltrada desde el más alto rango hasta el más bajo, los famosos CAIS, eran centros de monitoreo y seguimiento para traficar con drogas (cocaína, mariguana) y poder pasar sin ningún control por toda la ciudad;el narcotráfico originó el testaferrato, la compra de conciencia,el surgimiento de centro comerciales, la creación de empresas de gaseosas que tenían conductos al río, sólo eran un tapadero, y la cantidad de dólares circulantes originaron la creación de la VENTANILLA SINIESTRA, hasta la pulcra iglesia fue seducida por la narcolimosna, el gran señor que daba limosna a manos llenas,y ganaba aceptación y admiración  ante sus vecinos.La farándula, reinados de belleza, desfile de modas, la televisión y sus programas   (Teletón) fueron verdaderas lavanderías, y todo seguía como si nada.
Después los policías serían carne de cañon y se pusó un precio a sus vidas.
La semilla de la maldad, el enriquecimiento ílicito, había sido sembrada, y como una enredadera todo lo fue cubriendo, hasta hoy cuando la sociedad  llamada legal, aceptó las diferentes formas de ilegalidad y cohabita con ella sin ningún rubor.
Se necesitarán muchas décadas,un estado fuerte, un sistema educativo real (no mojigato), justicia plena, formación de un modelo de familia  a la antigua (padre y madre ) para poder erradicar este cáncer que devora sin compasión al pueblo colombiano.
Quién o quienes lo harán, es la pregunta que nos hacemos, mientras  tanto los carruseles y grupos de corruptos se pasean como Pedro por su casa, por toda la superficie colombiana.

Juan Del Sur

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